¿Hay para comer? ¿Todos?
¿Es posible pensar un mundo sin hambre?
En Argentina producimos alimento para 400millones de personas y tenemos dificultades para que coman los 40millones que somos.
Se escucha por FM 106.9 o por internet en www.radiounvm.net
Equipo: Alexis Salera, Sol Valeriani, Dai Geremia, Juan Andrés Frank y Federico Magrin Torres
Procuccion: Marilina Truccone
Editorial
Hoy aventura semanal se atreve a soñar, a pensar un mundo donde no nos encontremos con millones de hombres y mujeres viviendo en el hambre, viviendo en la miseria y la pobreza, sobreviviendo a un mundo que les quita el alimento, que les quita el abrigo y el techo, enfrentando con las pocas cosas que poseen a decenas de enfermedades curables, enfermedades que con una simple vacuna o un simple medicamento pueden salvarse, pero que la tiranía de un sistema inhumano les quita, les expropia.
Hoy soñamos un mundo por el que miles y millones de hombres y mujeres luchan y van construyendo desde sus espacios y lugares. Ese sueño no queda para la hora de dormir, sino que amanece cada día en la conciencia de quienes sentimos que las cosas están así, y se pueden cambiar.
No seremos nosotras y nosotros solos quienes lo cambiemos, sino que en cada territorio, en cada lugar tenemos que saber encontrar aquellas personas que se comprometen por transformar su lugar, y que pasan sus días trabajando en que esa transformación también aporte a pensar un mundo nuevo.
Por esto, aventura semanal hoy se concentra en la Soberanía Alimentaria, en que los pueblos del mundo y de Nuestra América, reasumamos nuestra obligación, reasumamos la tarea de hacernos cargo de la producción, distribución y consumo de alimentos sanos, culturalmente apropiados y a precios justos.
Esto, para algún despistado, puede parecer una obviedad, pues no es así, hoy las políticas de qué se produce, cómo se distribuye y quiénes consumen lo que nuestras tierras y nuestros montes nos dan no están en nuestras manos, y nos encontramos sufriendo esos alimentos sin gustos, esas bebidas artificiales, nos encontramos también con profundos problemas de salud pública por fumigaciones, con enormes contingentes de personas de nuestros montes y nuestras tierras aglutinadas en los márgenes de las ciudades, expulsados por una forma de producir que prioriza los valores de la bolsa de Chicago y los mercados a futuros, y crecientemente el precio de nuestros alimentos y necesidades fundamentales se disparan por las nubes, sin poder terminar de comprender por qué nos están robando nuestras comidas, nuestros gustos y placeres, nuestro trabajo y nuestra cultura y nadie parece inmutarse o tan siquiera advertirlo.
Hoy aventura hace suyas las consignas de la Vía Campesina, y el nombre no deja de ser acertado: tenemos un camino, y no lo proponemos, sino que ya lo vamos caminando:
Nosotras enfriamos el planeta
Nosotros ya alimentamos el mundo
Nosotras y nosotros somos tierra para alimentar a los pueblos
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